martes, 3 de enero de 2012

Realidades

Y fue entonces, justo entonces, justo entonces, aquel fue el momento. De repente me di cuenta de que, a no ser que algo cambiara en seguida, iba a llevar una vida en la que mi relación más importante sería con una botella de vino. Y al final acabaría muriendo gorda y sola, y me encontrarían tres semanas después medio devorada por pastores alemanes. Estaba a punto de convertirme en Glenn Close en Atracción Fatal.

Así que tomé una importante decisión. Para evitar acabar el próximo año como una cuba y escuchando clásicos del pop para treintañeros en emisoras de la FM, decidí tomar el control de mi vida y empezar un diario donde iba a contar la verdad sobre Bridget Jones. Toda la verdad. 
Propósito número 1: evidentemente, perder diez kilos. Número 2: echar siempre las bragas de la noche anterior en el cesto de la ropa sucia. No menos importante, encontrar un novio amable y sensato, y no seguir estableciendo lazos afectivos con ninguno de los siguientes tipos: alcohólicos, adictos al trabajo, fóbicos al compromiso, mirones, megalómanos, gilipollas emocionales o pervertidos. Y sobretodo no soñar con una persona en concreto que encarna todas estas cualidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario